Las acusaciones de crímenes de guerra acompañan al presidente ruso, Vladimir Putin, desde su ascenso al Kremlin en 2000 coincidiendo con la Segunda Guerra de Chechenia. Después vendría la intervención militar en Siria (2015) y la conocida como “operación militar especial” en Ucrania (2022), también salpicadas de numerosas denuncias.
Putin había sido acusado antes de ser responsable directo o indirecto de la comisión de crímenes de lesa humanidad, pero es la primera vez que un órgano como la Corte Penal Internacional (CPI) emite una orden de arresto por ese motivo contra el jefe del Kremlin.
El Kremlin aseguró el viernes que Rusia no reconoce la jurisdicción de dicha corte, por lo que considera sus decisiones “jurídicamente nulas”.