El lento pero sonoro éxodo de freelancers y empresas tecnológicas argentinas a Uruguay promete generar un cambio de relevancia en la economía y la sociedad del pequeño país sudamericano, al tiempo que resalta las dificultades que tiene la segunda economía de la región para retener talentos en una de las industrias clave a nivel global.
Entre 2020 y 2021, más de 21.415 argentinos solicitaron la residencia permanente o temporal en Uruguay, seis veces más que las peticiones acumuladas en los dos años anteriores sumados. A partir de mediados de 2020, el gobierno pro mercado uruguayo amplió las exenciones fiscales para los trabajadores extranjeros que viven en el país y redujo los requisitos de residencia. Además, las empresas de software no pagan impuestos sobre la renta.